miércoles, 11 de abril de 2012


Entonces se acerca y me mira directo a los ojos. Le doy una palmadita en los hombros, aunque a veces no controlo mi fuerza. Rio como siempre. Él me burla. Me cuelgo de su cuello y lo aprieto bien fuerte, mientras él me toma por la cintura. Caemos en la cama. Sonrío al encontrarme nuevamente con sus profundos ojos claros. Me detengo a observar cuidadosamente los detalles de su rostro. Juego con su cabello y luego me detengo en su boca. Sus labios son tentadores, así que decido besarlo.
Puedo sentirme protegida en sus brazos, mi cabeza puede encontrar un lugar perfecto para reposar, para soñar. Mientras tanto escucho los latidos de su corazón, que funciona en mi como canción de cuna hasta quedarme dormida y volverlo a encontrar en lo más profundo de mis sueños.

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